¿SABIAS  QUE ?

1.El ferrocarril Transiberiano tiene 9.259 km. Sale de Moscú y llega hasta la frontera oriental con China, gira bordeando el pacífico y llega hasta Vladivostok, donde alcanza el final. El viaje completo sin paradas toma aproximadamente 168 horas en completarse. O lo que es lo mismo, siete días y siete noches. Eso si se hace en récord porque en la frontera de China hay que pasar inspecciones que varían. Además, el recorrido atraviesa siete husos horarios distintos y a causa de todas las nacionalidades por las que pasa, el menú del tren tiene 18 páginas porque sirven comida de todos y cada uno de ellos.

2.Alekséi Leonídovich Pázhitnov creó el Tetris en 1984. El juego, disponible por primera vez en la Unión Soviética, apareció en Occidente en 1986 pero no recibió derechos de autor de su creación, ya que estos eran propiedad de su empleador, el Gobierno de la entonces URSS, hasta 1996 que se mudó a los Estados Unidos y fundó The Tetris Company.
3.En Rusia, según estadísticas poblacionales, hay entre 9 y 10 millones más de rusas que de rusos, y por cada 100 mujeres nacen 88 hombres. Además, la esperanza de vida media de los hombres es menor.

A esto se une el hecho de que tradicionalmente las mujeres rusas tenían muchos hijos. De hecho, el récord del mundo lo tiene una rusa, la primera esposa de Feodor Vassilyev, que que vivió entre 1707-1782 y dio a luz 69 hijos. 16 pares de gemelos, 7 trillizos y 4 cuatrillizos. Lo hizo en 40 años, y todos con el mismo marido.

4.A demás del año nuevo normal, celebran también el año viejo ortodoxo que es una fiesta no oficial que se celebra en países dе tradición religiosa ortodoxa. Usualmente no es tan festivo como el «verdadero año nuevo», se hace una fiesta más familiar.

5.En Rusia existe un Disneyland militar, a sólo una hora de Moscú, llamado Patriot Park. Allí la gente come helado con sus hijos delante de armas con el potencial de destruir todo un continente. Putin abrió este parque con la idea de explotar turísticamente la fama de Rusia como potencia militar e infundir un nuevo sentido de patriotismo en la juventud de Rusia, aunque al final se llena más de niños que prefieren los lanzagranadas a las montañas rusas —nótese el juego de palabras— sin edad para saber lo que es la patria.